Murió Salvador Saucedo “Cebollín”

Su nombre Salvador, de apellido Saucedo y su nombre de guerra el “Cebollín”, oriundo de Aguascalientes.

Una mañana gris cuando recibimos la funesta noticia. Estamos con sentimientos encontrados.

Por una parte, celebrando que hace 35 años me casé con mi esposa María de Jesús González Aguirre. La alegría desbordante pronto se esfumó al conocer la triste noticia que hizo saber el nochistlense Ampelio Reyes Ruano.

Eran poco antes de las 10 de la mañana de este lunes nublado, cuando la noticia cayó como balde de agua fría.

EN SHOCK Y PONER LA ESQUELA

Poner la esquela fue lo primero que hice. Enseguida escuchar el audio de ayer con Salvador Saucedo el amigo “Cebollín”.

Ayer domingo a las 10:58 de la mañana, le mandé un mensaje de buenos días  con una foto de Snoopy.

Él contesto con un audio a las 11:13 de la lluviosa mañana y decía: “Buen día, Amigo Casama. Buen día”, en el fondo del rápido audio se escuchan los cascos de su cabalgadura, sin pensar que sería la última vez que iba a escuchar su voz.

El impasse fue duro… le espeté: Gracias Salvatore, ay tamos.

LA CRÓNICA DEL DECESO

Para las 19:45 horas, trascendió en redes sociales que pedían por oraciones porque recuperara su salud. Jamás imaginé lo peor.

Esta mañana llegó la fatal noticia, ayer andaba en su cuaco por las parcelas de Calvillo, Aguascalientes.

La bestia lo tumbó y lo llevaron de inmediato al hospital. Llegó en coma u poco o nada se pudo hacer, esta mañana muy temprano partió al firmamento charro, donde ya estaban sus padres.

VUELA ALTO, SALVADOR

Dicen que siempre que alguien muere, se exalta todo de aquella persona y lo mejor, todo la buena amistad que teníamos la expresamos en los eventos que coincidíamos.

Hace dos meses trabajamos en el Torneo de Rancho Las Cuatas en Tepic, hace 15 días íbamos a coincidir en Irapuato…

Gran amigo, gran decidor de anécdotas, hombre de amena charla y siempre dicharadero y alegre.

Así era Salvador Saucedo el afamado “Cebollín”… Hasta Siempre, Amigo. Que en paz descanse y a su familia pronta resignación.

Vuela Alto, Salvador como siempre lo hiciste como juez en la charrería…

Hasta Siempre, Salvador.

Y como siempre termino a mi manera, recordando, que: Las penas de la vida deben consolarnos de la muerte: Sócrates.

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