Vida y Obra de Don Gabriel Ramírez
*Desde El Herradero hasta Fiesta Charra
*Amor por la música y el Deporte Nacional
*Una calle lleva su nombre en Santa Anita
Don Gabriel Ramírez Díaz, vida y obra, sobre sus dos pasiones: la música mexicana y la charrería.
Hoy es “Día del Recuerdo” del 2006 y en esta ocasión el espacio está dedicado para don Gabriel Ramírez, por cierto hace años le pusieron su nombre a una de las calles de su querida Santa Anita, en el municipio de Tlaquepaque, muy cerca de su adorado Lienzo “El Herradero”.
Su historia tiene que dividirse en dos pasiones: la música mexicana y la charrería.
Su luz se apagó el 20 de noviembre del 2005, así es que vaya para él este homenaje a más de 15 años tan sentido deceso.
Hace años se le hizo una misa inmemoria y posteriormente se develó la placa de en la que quedó plasmado su nombre en una de las calles de Santa Anita, evento al que asistieron familiares y amigos. Casi cerrando 2010 se festejó el 74 aniversario del natalicio de tan insigne personaje.
AQUELLAS NOCHES DE LUNAS
El vio la luz primera un 22 de julio del lejano 1933, en la Hacienda de San José de Gracia en el municipio de Teocuitatlán de Corona, Jalisco, habiendo sido el menor de los trece hijos del matrimonio de Ramón Ramírez e Ignacia Díaz.
Dos personajes marcaron su llegada a la charrería, un par de vaqueros de la época: el “Sicua” y el “Tlacuache”, inclinándose en los sesentas al Deporte Nacional por Excelencia, invitándolo Jorge Zermeño a integrarse a los Regionales de Jalisco.
Posteriormente fundó su cadena comercial de Carnes Asadas “El Herradero”, el que hoy en día administra su familia, habiendo sido también próspero comerciante.
CHARROS Y MUCHO MÁS
En 1976 tuvo la inspiración para escribir y musicalizar las suertes del Más Mexicano de los Deportes, naciendo “Fiesta Charra” y también otro exitazo de aquellos días fue “El Herradero”.
En 1981 forma parte de la Asociación de Charros El Vergel de Zapopan.
Años después su pasión charra no tuvo fin y formó su propia asociación Herradero de Santa Anita, además de una escaramuza en la que estaban seis de sus hijas, estas últimas siguen su legado hoy en día y tiene equipo femenil infantil, juvenil y categoría libre.
En el 2000, cinco años de la partida inevitable, su familia lo motiva para grabar algunas de sus obras, mismas que plasma en un disco compacto y al que se le denominó “Mi Voz y Mis Canciones para Ti”.
En el cine tuvo algunas apariciones, como en “Cruz de Olvido”, “El Terrateniente”, Los Taxistas” y “Pistoleros por la Herencia”, entre otras.
Las noches bohemias. A los seis años de edad se mudó a Sayula donde empezó sus estudios de primaria y empezó la pasión por los animales, además de escuchar canciones de la época, tocar guitarra y en esas noches de bohemia conoció a Isidro Coronel quien se inspiró en “La Misma”, que interpretó Javier Solís.
En 1955 termina la carrera de Contador privado y en su carrera artística gana un concurso de canto de entre 400 participantes.
Felipe Valdez Leal entonces director artístico de figuras de la talla de Las Hermanas Huerta, Javier Solís y Los Panchos, entre otros, lo manda llamar para grabar su primer disco en CBS.
Se estrenó por aquel entonces como la primera voz e imagen del programa “Noches Tapatías” en el Occidente del país.
En el Centenario del Teatro Degollado de Guadalajara, nuestro personaje compartió escenario con Lola Beltrán, Pepe Guizar, Consuelito Velázquez y el maestro Blas Galindo.
VERDADERA CONSTELACIÓN DE ESTRELLAS
En otras ocasiones, estuvo en homenajes y festivales, al lado de consagrados como El Charro Avitia e Irma Dorantes, además de Los Hooligan, los Rockin Devils y hasta Johnny Laboriel.
En 1966 muere el Rey del Bolero, Javier Solís, por lo que la compañía RCA Víctor organiza un concurso para suplir a Solís y pese a los obstáculos, de los cuatro mejores destacan los jaliscienses Vicente Fernández y don Gabriel Ramírez.
Su vida y obra no tienen fin, habiéndole grabado hace algunos años el Mariachi Vargas de Tecalitlán la canción “Fiesta Charra”, la que le ha dado la vuelta al mundo con estos embajadores mexicanos.
Y como siempre termino a mi manera, recordando que: “Para lazar y no mancar, ni una más de dos amarrar”.
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