A un Año del Centenario

*De los Afamados Charros de Morelia

*El 13 Cumplen sus Primeros 99 Años

*Honor a Quien Honor se lo Merece

Por: Mtro. Abraham Trillo P.

Derivado del mandato virreinal que autorizaba a los primeros indígenas a montar a caballo con fines de pastoreo, durante el siglo XVI la charrería surge como un oficio dirigido a la doma de ganado caballar y bovino en la Nueva España.

Con la incipiente ocupación se gestaron también novedosas herramientas que, partiendo de orígenes europeos, fueron dando vida a nuevos elementos campiranos impregnados del sincretismo español e indígena como lo fueron monturas, frenos, espuelas, lazos, incluso la misma vestimenta.

Al paso del tiempo, con el caballo como epicentro de la economía nacional, el México Colonial de las Haciendas fue testigo del afianzamiento y extensión de la charrería en regiones como Hidalgo, Puebla, Estado de México y posteriormente al occidente, el caso de Jalisco y Michoacán.

El manejo del caballo se popularizó y maduró una nueva raza de hombres caracterizados por su arrojo, destreza y valentía que pronto transformaron el oficio en un espectáculo combinado con la innegable herencia colonial, el mundo de los toros.

Al referirnos al proceso de institucionalización de la charrería en nuestro país, y sobre todo en Michoacán, la charrería evoluciona a deporte reglamentándose en los años veinte con la aparición de Asociaciones como La Nacional de Charros, Charros de Jalisco, el Club Nacional de Charros Potosinos y la entonces Asociación Nacional de Charros de Morelia.

Fundada el 13 de marzo de 1922 siendo presidente de la República el General Álvaro Obregón, la Asociación de Charros de Morelia ostenta el título de la tercera agrupación charra más antigua del país y asociación madre de todas las posteriores del Estado de Michoacán.

Hombres como Daniel T. Rentería, el Coronel Enrique C. Calderón, Ramón Ramírez, Nahúm Pedraza, Antonio Ramírez Caballero, Arturo Chávez Mora, Rafael Campuzano Stark, Pastor Castro Tinoco y Raúl Sánchez Calderón, fueron los responsables de edificar una sólida agrupación que, fieles a su lema “por la grandeza y perduración del deporte nacional”, ha logrado perdurar y estar en la antesala del centenario de su fundación.

Durante los años cuarenta, década donde el Presidente Manuel Ávila Camacho declaró la charrería como deporte nacional, a iniciativa del General Lázaro Cárdenas, del General Félix Ireta, Gobernado de Michoacán, secundados por el señor Daniel T. Rentería, un 12 de octubre de 1940 se inauguró la casa de los Charros de Morelia, el “Rancho de Charro”, inmueble emblemático de la ciudad.

La fiesta charra de apertura, encomendada a la entonces Federación Nacional de Charros presidida por el Sr. Ricardo Soberón, contó con la presencia de representes de distintas agrupaciones charras del país como la Metropolitana de Charros, Regional de Charros del D.F., Charros de Jalisco, de Cuautla de Pachuca, de Toluca, de Querétaro de Zamora, de Durango y de la Asociación Nacional de Charros de México.

Antes del mediodía, las agrupaciones partieron del centro de la ciudad en un vistoso desfile por las calles y avenidas de la colonial ciudad, hasta llegar a un abarrotado Rancho del Charro, una obra de magnífica construcción para su época.

Al término de la cala de caballo, primer número del programa, los equipos Metropolitana de Charros, Regional de Charros D.F., Charros de Jalisco y los anfitriones Charros de Morelia, desfilaron por la manga de estrenado lienzo.

Enseguida del coleadero y pialadero, el festejo presentó la exhibición de floreo de los pequeños charros Zamudio y del profesor Rodolfo Rodríguez “San Luis”, quién brindo al público presente, fastuosa mangana del tirón de la muerte según se narra en la nota del periódico Universal de aquella fecha.

La competencia de gran nivel, permitió que los presente disfrutaran de la maestría de grandes charros de la época como los señores Manuel Razo, Guillermo Montero, Federico Calcáneo, Salvador Tostado, José Valdovinos, el Coronel Manuel Mercado, Pablo Barba, Salvador Sánchez, José Duran, Juan Tovar y Alfredo Hernández entre otros protagonistas de la gala.

Dentro del trabajo de consolidación, en 1945 la agrupación estableció sus bases reglamentarias como Asociación Civil, donde figuraron nuevos nombres como Rafael Castro, Cruz Guzmán, Alberto y Rafael Hurtado, Rogelio Contreras, Ricardo Sánchez, Cayetano Barajas y Eduardo Campuzano. 

En septiembre de 1964, en reunión de la Mesa Directiva instalada en el número 460 de la calle Aquiles Serdán, entonces domicilio social de la agrupación, los entonces socios Casto y Raúl Osnaya, los hermanos Gustavo, Filogonio y David Cano Hernández, Felipe Montes, Ricardo y Abel Luna, José Fraga, Genaro Hernández, Daniel Cortés, Fernando Flores, Salomón Yhamel y Javier Segura.

La lista sigue: Manuel Gutiérrez, Manuel Caballero, Francisco Correa, Rafael, Liborio y Trinidad Villalobos, Wulfrano García, Enrique Rentería, Donadano Sosa, David Cedeño, Pedro Abascal, Enrique Rito Moreno, Humberto Estrada, José Cardona, Pedro Campuzano, Efraín Dávalos, Pedro López, Jorge Estrada, Hugo Maciel, Mario García, Ramón del Moral, Roberto Mendizábal, Gilberto Villicaña, Agustín Michorena, Francisco Adame y Pedro López, nombraron como Presidente al Sr. Agustín Carrillo Carreón, quien, derivado del Decreto publicado en julio de 1966 mismo que autorizaba al Ejecutivo del Estado, ceder a la Asociación de Charros de Morelia una fracción del Rancho “El Aguacate”, conocido como “Rancho del Charro”, terrenos que la agrupación ya ocupa desde finales de los años treinta, fue el encargado de formalizar en octubre del mismo año, la posesión de las instalaciones gracias a la cortesía del Lic. Agustín Arriaga Rivera, Gobernador del Estado, asistido del Secretario de Gobierno Lic. Rafael García de León.

La cesión y formalización del inmueble, dio origen a la construcción del Casino Charro, icónico centro de reuniones de la sociedad moreliana, que ha permitido a la Asociación perdurar en el tiempo y continuar con la práctica del deporte nacional en todas sus ramas, estimulando y desarrollando las típicas costumbres charras.

En esta misma época, comenzó la integración de la mujer a la charrería nacional y en nuestra agrupación no fue la excepción. Con los festejos del Bicentenario del Natalicio de José María Morelos y Pavón como marco, el 12 de octubre de 1965 la primera escaramuza charra de la Asociación hizo su debut oficial dentro de los festejos de aniversario del Rancho del Charro.

La escaramuza germina gracias a la inquietud de tres niñas, Leticia y Griselda Dávalos e Inés Ochoa, quién influenciadas por las actuaciones de escaramuzas del bajío, decidieron iniciar pequeñas presentaciones bajo la coordinación del señor Emigdio Ochoa, quién tenía la experiencia de haber trabajado con el rejoneador Juan Cañedo.

Sin embargo, el proceso de constitución oficial nace de la gestión del Dr. Efraín Dávalos, quien con el apoyo del General Félix Ireta, entonces Jefe de la 21 Zona Militar, consiguió el primer instructor del grupo de niñas que, con disciplina militar aprendieron de manera ejemplar, la monta y manejo del caballo de un Teniente al que llamaban “El Centavo”.

Eran tiempos difíciles para la mujer, sobre todo en un deporte dominado por hombres. No obstante, el entonces Presidente Sr. Agustín Carrillo, a pesar de la “invasión” del santuario masculino, brindó todas las facilidades para que el naciente equipo de féminas, tuviera los espacios para entrenar y actuar.

Con prontitud, la primera escaramuza Charra de Morelia, integrada, además de las ya mencionadas, por Carlota “Tita” Carrillo, María de Lourdes Castro, Gela Osnaya, Silvia “Chiquis” Aguilar, Guadalupe Trejo y Griselda Jurado, fue conquistando el gusto y cariño de un público, que acudía con mayor afluencia a las charreadas.

Resultan innumerables las dianas deportivas que tienen en su haber los equipos y escaramuzas representativos de los Charros de Morelia, la Asociación de Charros con más campeonatos estatales de la entidad, campeones nacionales en categorías infantiles y juveniles, así como honrosas posiciones en campeonatos nacionales, que hacen de la agrupación, además, un sólido semillero de charros y escaramuzas de calidad suprema.

Mención aparte merece la importante colaboración de la Asociación en la integración del expediente oficial presentado ante la UNESCO del Plan de Salvaguarda que permitió en 2016 la inscripción de la nominación “La Charrería, tradición ecuestre en México”, en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Hoy, con 99 años de vida, la Asociación de Charros de Morelia está más viva que nunca.

Con un remozado Rancho del Charro, las familias Cano, Osnaya, Guido, Guzmán, Campuzano, Cabrera, Trillo, Medina, Pineda, Villalobos, Yhamel, Carrillo, Manzur y Maciel, conscientes de su crónica, continúan el legado de sus predecesores, perdurar el deporte de la charrería en nuestra ciudad, heredando a los suyos, el amor, admiración y respeto al caballo y a la historia que representa la Grandeza de la Asociación de Charros de Morelia.

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